lunes, 6 de febrero de 2012

PROFESORA NANCY GALICIA

LA MUERTE TIENE PERMISO






En una noche fría, en una gran casona con grandes jardines a las afueras del pequeño poblado de Cantertville vivía una viuda vieja, sola y triste, solo contaba con la compañía de su fiel amigo Tobías su gato, quien le hacía compañía en el mundo de soledad en el que vivía, nadie la extrañaba, ninguno la buscaba solo la soledad y ella compartían las horas del día, era una mujer que sufría la ausencia de sus seres queridos, algunas tardes recordaba, aquellas grandes fiestas que ella y su familia daban tiempo atrás en esa gran casona, llena de luces, grandes banquetes, lujosos vestidos, personalidades de lugar, todo eso se perdió con el tiempo, los años se fueron llevando aquel mundo de fiesta y murmullo, su marido muerto cinco años atrás le había dejado deudas y problemas que tuvo que resolver con los pocos bienes que este le dejo, su único hijo murió dos años más tarde de una enfermedad poco conocida, sin el apoyo de los que algún día fueron amigos o familiares resolvió cada uno de los problemas que se le presentaba, sola y triste se quedo.

La viuda recorría cada esquina, cada espacio de su vieja casa, sus actividades eran pocas, en ocasiones lloraba y buscaba en que pasar el tiempo para olvidar a sus seres queridos a quienes extrañaba tanto.

Tejía, pintaba, bordaba en fin, buscaba mantener su mente ocupada, para no caer en eterna melancolía, trataba de sonreír pero solo lo lograba por unos instantes ya que los recuerdos y mas para una persona solitaria, la invadían constantemente, este mundo de soledad se hacía cada vez mas difícil para ella, así que en un momento de desesperación pidió estar al lado de sus seres y no sufrir más.



Profesora: NANCY GALICIA SILVERIO

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